• Contiene las vitaminas A, B y C, que contrarrestan la acción perjudicial en
las células, de las moléculas oxidantes conocidas como “radicales libres”. Al
ser una fuente de antioxidantes, previene el crecimiento de tumores y por
consiguiente, de ciertos tipos de cáncer.
• Es rico en minerales como el potasio, que regula la
tensión arterial; el fósforo, fundamental para el sistema nervioso y el
cerebro; y el magnesio que contribuye a prevenir los estados de cansancio,
ansiedad y estrés.
• Tiene un buen contenido de calcio, muy aconsejable para
prevenir el deterioro del sistema óseo en las mujeres.
• No contiene muchas calorías.
• Es diurético, activa la función renal y favorece a la
disolución de las “piedras en el riñón”.
• Por su contenido de hierro es recomendable para personas
con anemia y falta de apetito.
• Beneficia la actividad intestinal y gracias a su elevado
contenido de fibra, es muy aconsejable para combatir el estreñimiento.
• Depura el organismo y elimina toxinas.
Estos y muchos
otros beneficios convierten al durazno en un excelente elemento nutricional que
no debe faltar en nuestra dieta regular. Es aprovechable en forma completa pues
su cáscara contiene una considerable cantidad de vitamina A. Sin embargo, las
personas con problemas digestivos deberán retirarla porque hará más lenta su
digestión. No es recomendable saborear la pepa (hueso) por el ácido que
contiene y que causa molestias como dolor de estómago, de cabeza y vómito.